En su primera visita a Sudamérica, Alexander von Humboldt sintió que la vegetación, los pájaros y los colores de los peces eran tan magníficos que "enloquecería si no se acababan pronto las maravillas". Miro lo que me rodea con ese mismo espíritu: dejándome sorprender por las formas y las luces, sus juegos y combinaciones.
2017 / 40 páginas