El año pasado encontré un tesoro a un par de cuadras de mi casa: un montón de diapositivas de un hombre al que decidí llamar Alberto. Quisiera que sepa que los recuerdos de su vida están a salvo conmigo y que ya lo siento parte de mi familia, como si fuera un abuelo que nunca llegué a conocer. Quisiera escuchar su voz y que me cuente su historia pero debo conformarme con sus imágenes, el recorte hermoso de su realidad.
2019 - 4:30